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¡Hoy mataron a Sucre sus propios compatriotas!¡¡Qué horror!!

por | Jun 4, 2025 | HISTORIA

1) El 4 de junio de 1830 cayó día viernes y en horas de la mañana unos desgraciados e insensatos venezolanos, colombianos y peruanos encompinchados y comandados por el odio, el rencor, el miedo, la envidia y el egoísmo mataron a un hombre bueno, heroico y generoso que se llamaba *Antonio José de sucre, vecino e hijo de Cumaná y Gran Mariscal de Ayacucho.

2) El 4 de junio de 1830 (un día como hoy), ¡¡6 años después…¡¡6 años carajo!! después de la afamada Batalla de Ayacucho, fue asesinado el Gran Mariscal Sucre, no por españoles, porque en verdad ya no quedaba ni uno solo de ellos alzado en armas por aquí, si no por cerebros, fusiles y brazos americanos que le debían la libertad que disfrutaban a ese mismo cráneo genial que hicieron estallar los disparos que desbarataron la cabeza del Bravo Cumanés, en la Selva de Berruecos.

3) El sumario de ese horrendo crimen aún sigue abierto en la Conciencia de la Patria Americana.

Fueron las balas del deshonor, que disparadas por la envidia, la traición y la ambición desmedida por el poder privaron, ese 4 de junio, a la América de uno de sus más grandes, abnegados y esclarecidos Libertadores.

4) Las infames balas disparadas contra Sucre también hirieron el noble corazón de nuestro Libertador…y ambos partieron a la eternidad en el mismo año de 1830: Sucre el 4 de junio, un día como hoy, y Bolívar un 17 de diciembre de ese mismo año.

5) Entre Bolívar y Sucre se repartieron 5 atentados muy conocidos orquestados por los enemigos seculares de la Patria. Y es muy posible que el propio General Anzoátegui, Padre de Boyacá, haya muerto también a mano de las mismas corrientes asesinas del Mariscal Sucre.

6) Cuando Bolívar conoció la noticia pegó un grito desgarrador y dijo: *¡¡»Santo Dios…han matado al Abel de Colombia! ¡¡creo que la mira de este crimen ha sido privar a la América de un sucesor mío»!!

7) La guerra de Independencia de Hispanoamérica había terminado hacían 6 años en el año 1824, precisamente con la afamadas Batalla de Ayacucho, que dirigió el General Sucre en forma impecable, donde derrotó al último bastión español que quedaba en América al mando del virrey la Serna.

8) Sucre se había salvado el 18 de abril de 1828 de un primer atentado que le tiraron siendo presidente de Bolivia en Chuquisaca, donde los alevosos disparos le destrozaron el brazo derecho. ¿Y saben lo que hizo Sucre después de ese atentado? Pues no tomó venganza de nadie y simplemente convocó al Congreso para renunciar a la presidencia y dijo: «No se puede gobernar en paz y con decoro un país en donde los ciudadanos atentan criminalmente contra el presidente y contra el soldado que lo ha dado todo por ellos»

9) En su mensaje de renuncia al congreso le exige que «Se me haga una exhaustiva investigación a toda mi gestión administrativa y que si se consigue alguna irregularidad administrativa se me enjuicie y se me castigue por los tribunales»

En el mismo mensaje de cierre al congreso dice Sucre muy apesadumbrado y triste: «llevo la marca de la ingratitud de los hombres en un brazo, que no me la llegaron a hacer ni mis más acérrimos enemigos españoles durante las batallas por la independencia de la América» ¡un extraterrestre coño!

Y cierra diciendo este hombrazo oriental «En el futuro contemplaré con orgullo la marca de esas inmerecidas cicatrices y eso me hará recordar que preferí la renuncia al mando a gobernar con una espada que estuviera siempre pendiente sobre las cabezas de mis conciudadanos»

10) Toda la amplia familia de Sucre fue asesinada torturada y exterminada por los españoles durante la Guerra de Independencia. Y en Ayacucho vencedor, en vez de tomar venganza y retaliación justa como se lo solicitaban muchos oficiales de su alto mando, les extendió a los vencidos españoles una honrosa capitulación y le dijo a sus tenientes exaltados: «Aquí no habrá fusilamientos. Los Americanos debemos Mostrar siempre que somos igual de generosos antes y después de las victorias»… de Allí es donde nace el famoso vocablo para el perdón y trato digno al adversario vencido apelando a «Revivir el Espíritu de Ayacucho»

11) Cuando emprendió el viaje desde Colombia hacia Ecuador por la tenebrosa montaña de Berruecos, ¡el gobierno le quiso asignar una escolta numerosa por los peligros y las tensiones políticas que se vivían en ese momento, y Sucre en forma ingenua e inocente les dijo “que no necesitaba custodia porque él no tenía enemigos” imagínense el corazón puro e inocente de ese hombre!

12) Por eso Bolívar lo compara con el bueno Abel. Sucre era firme, decidido, valiente, heroico e impertérrito en el campo de batalla contra el enemigo, pero cuando lo vencía se convertía en un apóstol y en un ángel de la paz, de la moderación, de la discreción, de la mansedumbre y de la humildad. ¡ojo! ¡Sucre no era un simplón! era un soldado imbatible en el campo de batalla y el más humilde y generoso de los hombres en tiempos de paz.

13) En 1829, cuando nace su hijita Teresa, Sucre es nombrado Diputado representante de Cumaná ante el Congreso Admirable, del cual fue su presidente.

14) En camino hacia Bogotá se entera de los planes separatistas de José Antonio Páez, que seguía órdenes de los injerencistas Estados Unidos, a quienes no les interesaba el sostenimiento de la Gran Colombia como nación fuerte y poderosa.

15) Sucre Llega al departamento de Venezuela a conversar la situación con Páez, sin embargo, es amenazado y no puede transitar más allá de La Grita, en Táchira, por lo que Sucre tiene que regresar a Cúcuta y luego a Bogotá para ir a ver a su familia en Ecuador.

16) En junio de 1830 se dirige de Bogotá hacia Quito. El viernes 4 de junio le tienden una emboscada en el Callejón de la Jacoba, ubicado en las Montañas de Berruecos, en Pasto.

17) Era un poco más de las 8 de la mañana cuando los asesinos (americanos todos) que le debían la Libertad a Sucre): Andrés Rodríguez, Juan Cuzco, Juan Gregorio Rodríguez, Juan Gregorio Zarría, José Erazo y Apolinar Morillo, puestos al acecho miraban como hienas a su presa que se acercaba desprevenido por entre el tupido follaje del bosque.

Todos seguían las órdenes del comandante General José maría Obando, máxima autoridad del lugar y acérrimo enemigo de Bolívar y de Sucre.

18) Dicen que el infame y cobarde Obando estaba conjurado con el general juan José Flores para ese asesinato. Luego se escucha el grito de los asesinos desde el follaje montañoso: “¡General Sucre!”. Después los disparos. “¡Ay, balazo!”, gritó sacudido de dolor el Mariscal de Ayacucho.

“¡Santo Dios! ¡Se ha derramado la sangre de Abel! La bala cruel que le hirió el corazón de Sucre, mató a Colombia y me quitó la vida a mi”, dijo Bolívar compungido al extremo al ver caer aquel prócer asesinado por sus propios compatriotas, en el mismo suelo por el que había luchado tanto para lograr su libertad.

19) Bolívar dijo de Sucre: «El General Sucre es el Padre de Ayacucho: es El Redentor de Los hijos del Sol; es el que ha roto las cadenas con que envolvió Pizarro el imperio de los Incas. La posteridad representará a Sucre con un pie en el Pichincha y otro en el Potosí, llevando en sus manos la cuna de Manco Capac y contemplando las cadenas del Perú rotas por su espada»

¡VIVA SUCRE CARAJO!

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