Y entonces,
una sencilla rosa roja
detuvo con ímpetu
la bala que pretendía asesinar
el rocío de la mañana.
CARLOS RAMOS. POESÍA Y ALGO MÁS
Y entonces,
una sencilla rosa roja
detuvo con ímpetu
la bala que pretendía asesinar
el rocío de la mañana.
Justo cuando la noche empiece, a la hora acordada, búscame. Allí, en medio de las hojarascas de ese repetido otoño, búscame. Cuando el sol esté en...
Te conozco en las batallas ganadas en las afrentas sufridas en el barro, en la mesa fina en la cara tiznada de los niños en los sueños inconclusos...
Siempre estuve seguro que un no muy lejano día todos los azules pájaros volarían alborotados sobre esta bahía...