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Dicen que el chamaco Sucre, en Ayacucho, voló más alto que sus alas

por | Dic 9, 2024 | HISTORIA

1) Cuando aquél jueves 9 de diciembre de 1824, en el Campo Inmortal de Ayacucho, las empuñaduras de 15 sables del Estado Mayor del Virrey la Serna se invertían de las manos de aquella oficialidad española en señal de rendición y eran entregados a aquél chamaco de 29 años, nacido en Cumaná, y que en ese momento representaba la estirpe más Noble y más Sublime que haya parido América, no solo se estaba poniendo fin a la cruenta y prolongada guerra de Independencia Sudamericana que había durado 14 largos años, si no que también se le estaba poniendo fin en forma irrevocable y para siempre al oprobioso dominio que por 300 años había ejercido la corona española en estos territorios, desde la llegada de los malandrines Conquistadores en 1498.

2) La batalla, que empezó a las 9 de la mañana y terminó a la 1 de la tarde, se desarrolló en forma impecable desde el punto de vista militar por los patriotas, mostrando ambos ejércitos una extraordinaria manifestación de valor, de coraje, de entereza y de heroísmo.

3) Bolívar no pudo comandar la batalla ni estar personalmente en Ayacucho porque el rencilloso y retardatario Congreso de Colombia( porque le dio la gana) le había quitado las facultades al Libertador que se hallaba en ese momento en Lima, prohibiéndole que comandara el ejército Libertador del Perú en momentos tan apremiantes (Échenle bola por donde andaban los extravíos de los enemigos del Libertador ya actuando desde el poder legislativo) Bajo esta insólita y sorpresiva prohibición Bolívar delegó la comandancia del Ejército en el General Sucre, dándole instrucciones precisas para desplegar una defensa y un combate que pudiera traer un resultado victorioso, como en efecto ocurrió aquel día 9 de diciembre.

4) Se cuenta que a las 8 de la mañana, el General español Juan Antonio Monet, acompañado de su ayudante de campo, se adelantó a las posiciones revolucionarias y le propuso al General patriota José María Córdoba que considerando que en ambos ejércitos había jefes y oficiales ligados por lazos de amistad o parentesco, Monet pedía autorización para que los combatientes se dieran un abrazo antes de empezar el combate queremos darnos un abrazo antes de rompernos la crisma. Con la autorización de Sucre, cerca de 100 oficiales españoles y Patriotas se saludaron caballerosamente antes de matarse en el campo de batalla.

5) Casi toda la amplia familia de Sucre fue asesinada torturada y exterminada cruelmente por los españoles durante la Guerra de Independencia. Y en Ayacucho vencedor, Sucre en vez de tomar venganza y retaliación justa como se lo solicitaban muchos oficiales de su alto mando, les extendió a los vencidos españoles una honrosa capitulación y le dijo a sus tenientes exaltados: Aquí no habrá fusilamientos. Los Americanos debemos siempre mostrar que somos igual de generosos antes y después de las victorias» De Allí es donde nace el famoso vocablo para fomentar el perdón al Revivir siempre el Espíritu de Ayacucho.

6) Sucre después de la capitulación que ofreció a los españoles y firmada por el general Canterac (porque el Virrey La Serna había sido herido en el combate) ofreció un almuerzo cordial a toda la oficialidad española, donde les ofreció la propuesta de quedarse a vivir en América y de pasar a integrar el Ejército Libertador, manteniéndoles sus rangos y cargos militares que ostentaban (ninguno de los militares españoles aceptó esa propuesta) y al contrario pidieron pasaportes para regresar a España y Sucre financió a cargo del estado el viaje de retorno a España y agilizó la expedición de los respectivos salvoconductos y pasaportes. Cuando Sucre se levantó de la mesa en la que habían almorzado y se despidió, al dar la espalda al General Canterac éste le comentó a sus oficiales: Tan joven y con tanta Gloria

7) Durante toda la campaña Sucre había seguido con singular interés y admiración la carrera de éxitos del destacado Mariscal español Jerónimo Valdés (que fue el último en Rendirse en Ayacucho), por eso al día siguiente de la Histórica Batalla de Ayacucho Sucre con su habitual hospitalidad y elevación humana invitó a almorzar a su ilustre prisionero, quien en el cuartel general patriota fue recibido con honores militares y espontánea obsequiosidad por parte del General vencedor y sus oficiales Al terminar el almuerzo Sucre se puso de pie y levantando la copa dijo poniendo su mano sobre el hombro de Valdés: «bebo y brindo por este extraordinario General español que si hubiera nacido en América habría sido el mejor defensor de su independencia»

8) Sucre enseguida escribe al Libertador dándole el parte de batalla y le dice: «Mi General se hayan en poder del ejército victorioso Libertador en calidad de prisioneros los tenientes generales La serna y Canterac, los Mariscales de campo Jerónimo Valdés, Carratalá, Monet y González, los Generales de Brigada Bedoya, Ferraz, Camba Somocurcio, Cancho Atero Landázuri Vigil, Pardo y Tur, con 16 Coroneles, 78 Tenientes Coroneles, 484 Mayores y Oficiales, más de 2000 prisioneros de tropa, inmensa cantidad de fusiles, todas las cajas de guerra, municiones y cuantos elementos militares poseían, 1800 cadáveres y 700 heridos ha sido en la batalla las víctimas de la obstinación de la tenacidad española por someternos». «Nuestra pérdida es de 310 muertos y 609 heridos»

9) Después que Sucre ofrece el tratado de capitulación a España le escribe al Libertador: «El tratado que tengo la honra de elevar a manos de Vuestra Excelencia firmado sobre el campo de batalla en que la sangre del Ejército Libertador aseguró la Independencia del Perú y de la América, es la garantía de la paz de ésta República y el más brillante resultado de la Victoria de Ayacucho» «El Ejército Unido siente una inmensa satisfacción al presentar a vuestra excelencia el territorio completo del Perú sometido a la autoridad de usted, sólo en 5 meses de campaña» «Todo el ejército real, todas las provincias que este ha ocupado en la República, sus plazas, sus parques, almacenes y 15 generales españoles prisioneros son los trofeos que el Ejército Unido ofrece a vuestra excelencia como gajes que corresponden al ilustre Salvador del Perú, que desde Junín señaló al ejército los Campos de Ayacucho para completar las glorias de las Armas Libertadoras… Dios guarde a usted Vuestra Excelencia»… firma Antonio José de sucre.

10) Y como estamos en un intercambio epistolar de toro contra toro, Bolívar le contesta a su amado alumno y amigo preferido: *»La batalla de Ayacucho es la cumbre de la gloria americana, y la obra del General Sucre. La disposición de ella ha sido perfecta, y su ejecución divina». Las generaciones venideras esperan la Victoria de Ayacucho para bendecirla y contemplarla sentada en el trono de la libertad, dictando a los americanos el ejercicio de sus derechos y el imperio sagrado de la naturaleza» «Usted está llamado mi querido Sucre a los más altos destinos, y yo preveo que Usted. es el rival de mi Gloria». Y Sigue Bolívar: «La posteridad representará a Sucre con un pie en el Pichincha y otro en el Potosí, llevando en sus manos la cuna de Manco-Capac y contemplando las cadenas del Perú, rotas por su espada».

11) El Congreso de Colombia hizo entonces a Sucre General en Jefe, y el Congreso del Perú le dio el grado de Gran Mariscal de Ayacucho».

¡¡VIVA AYACUCHO CARAJO!!

¡¡VIVA BOLÍVAR!!

¡¡VIVA EL GRAN MARISCAL DE AYACUCHO!!

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