Carmito José Carrión nació en 1933 en el pueblo de El Maco. Carmito fue hijo de José Inocente Carrión, conocido cariñosamente en el pueblo como Cacao y de la Sra. Carmen Simplicia González de Carrión.
Conservo de mi niñez, su jovial figura. De niño lo sentí muy afectuoso y conversador. Carmito fue abogado egresado de la UCV y en 1964 se desempeñó como procurador general del estado Nueva Esparta.
Escribió poesía y una de ellas sonó mucho porque tocó una situación o tema muy particular en la vida del Margariteño. El margariteño siempre en su vida tuvo la necesidad de salir de su terruño.
“Adiós Margariteño” es un poema que surge bajo una circunstancia muy particular. Dos amigos maqueros se encuentran en El Maco. Carmito recién había llegado de Salamanca (España) y Edecio Brito estaba preparándose para salir de Venezuela. Ese encuentro y esa circunstancia permitió que Carmito produjera este poema del «Adiós Margariteño», cuyos versos finales son “Margarita es margarita y yo soy margariteño”
De este poema, me permito reproducir sus versos:
Ya vienes a despedirte
venga un apretón de manos,
que la suerte te acompañe en tu exilio voluntario
Muy pronto echarás de menos a tu isla y a su gente,
a esa Margarita hermosa, que no rebosa la mente,
cuando en tierras extranjeras entre la escarcha y la nieve
la sentimos tan caliente
Yo no te envidio compay
créemelo sinceramente
Margarita es Margarita dilo siempre en voz en cuello
que Margarita es Margarita y tú eres margariteño
No comerás mero frito o raya o cazón Guisao
ni guacuco o chipichipe y pescao salo con chaco
ni las mojarras salpresa que iban a vender a El Maco
Ni el sancocho de corocoro que comías en Juangriego en la posá del mercado
Por eso yo no me voy más nunca de Margarita
quién hace caso a otras tierras siendo la mía tan bonita
Vas a estudiar, Dios te lleve
Yo aquí en mi isla soy un preso de mi caldo de cuineche fresco y de mi machuelo salpreso
Yo sé que tú volverás, pronto, muy pronto;
te espero y encontraras a tu isla con veinte brazos que de ella te harán el dueño
porque el mundo es muy pequeño
y Margarita es margarita, digo siempre en vos en cuello,
porque margarita es margarita y yo soy margariteño.
Si me moría no me falla, Carmito nos dejó físicamente en 1976.
Décima
Su letra ocupó un sitial
en aquellas despedidas;
entre amigos muy sentidas,
era un adiós especial.
Momento sentimental
para un buen amigo isleño
que acariciaba su sueño
y a su terruño dejaba
el fuete abrazo marcaba
El adiós Margariteño.