“Historia Descolonizada De América” (1) es más que el título, es un libro de singular importancia, que avanza de manera significativa hacia la descolonización y el derrumbe del mito europeo, mediante evidencias científicas aparecidas en las últimas dos décadas.
Un libro que enamora. Confieso que lo leí de un tirón. Lo devoré por lo exquisito de su contenido, sus letras educan con una sencillez y una pedagogía de sabio. Sentí que los autores del texto tienen muchísima más información que aportar, en esa magna obra descolonizadora. Quedé con una inmensa sed por saber más sobre las investigaciones de los autores de este magno libro:
Roberto López Sánchez, Karla Piñango Crespo y Ramona Suárez Piña. Mi reconocimiento y felicitaciones en nombre del generoso pueblo venezolano, de nuestra américa y de la civilización entera.
Un libro, más que eso, una nueva manera de escribir historia, con el apoyo y esfuerzo de Editorial Trinchera, baluarte y vanguardia en este tipo de escritura insurgente, para una interpretación de la historia distinta a la hecha, a la escrita por los amos vencedores de “siempre”.
UN LIBRO EN TRES CAPÍTULOS:
EL CAPÍTULO PRIMERO nos ilustra en la historia recién descubierta del Continente Americano, quedando modificado radicalmente el pensamiento dominante referido al desarrollo de las civilizaciones humanas. Con una muy nueva información sobre la América indígena, con fundamento en las últimas revelaciones arqueológicas, antropológicas, lingüísticas, genéticas y paleoclimáticas, que desmorona la tesis, hasta ahora conocida, sobre la historia humana del Continente americano.
EL CAPÍTULO SEGUNDO: expone una muy interesante narrativa sobre la civilización CARAL, una de las primeras civilizaciones de la humanidad, asombroso descubrimientos sobre la cultura americana desarrollada en Perú, con sus pirámides construidas tres mil (3.000) años antes que la Grecia Clásica (cinco siglos antes de Cristo), en la época de Pericle y el florecimiento de la democracia en Atenas y sus rivalidades con Esparta, tres mil años antes ya existía la comunidad de Caral en Perú y sus grandiosos aporte a la civilización, cuyo descubrimiento ha derrumbado la visión eurocentrista del “nuevo mundo”
EL CAPÍTULO TERCERO: se refiere a la selva Antropogénica de la Amazonía que fueron construidas por los seres humanos, con una tecnología propia de los indígenas que aún hoy día no se conoce completamente. Demuestra el texto de que esa selva revela el hecho de encontrar una sociedad altamente desarrollada que desapareció en el siglo XVI y que había quedado en el olvido hasta fines del siglo XX y comienzo del siglo XXI. Interesante descubrir con la lectura de este maravilloso texto el gran legado de los pueblos amazónicos con un lenguaje sencillo, comprensible, didáctico, pedagógico y extremadamente ameno.
Es un texto que nos revela la grandeza de nuestra América antes de 1492 fecha en la que llegó el invasor de Colón y el continente que representó. Grandeza americana demostrada con fundamento en investigaciones y descubrimientos científicos, apoyados en las disciplinas arriba mencionadas.
Se desplomó la visión eurocentrista de una américa indígena ‘despoblada y casi virgen’ que difundieron los conquistadores europeos de los siglos XV y XVI. Fueron quinientos años de engaños cuyo velo ha sido levantado para conocer el verdadero rostro de nuestra América precolonial. Urgente la reevaluación, para reescribir todos los textos de la historia de nuestro continente indígena y así dar a conocer los aportes civilizatorios construidos durante varios Miles de años antes de la llegada del avaricioso corsario.
Las investigaciones revelan que la cuna de la gran civilización humana no está ubicada en la clásica Grecia ni Roma, ni existió la tan afirmada “superioridad de las sociedades europeas” sobre el resto de los pueblos del planeta.
Con esas investigaciones científicas, narradas con suprema maestría, en cuerpo del trabajo Historia Descolonizada de América, queda destrozada la visión impuesta por el mundo occidental y cristiano cuando da razones de su propia historia impuesta al resto de la humanidad, presentándola como si fuera realmente universal. Visión farsa y tergiversar de nuestra historia americana antes de la invasión de las Carabelas de Colón.
Queda revelado que América juega un papel de primer orden como territorio de las primeras grandes civilizaciones, junto a Mesopotamia, con unas manifestaciones culturales muy sofisticadas y complejas -casi desconocidas- que aún tiene mucho que aportar al devenir futuro de la humanidad. Derrumbado todo mito sobre la superioridad europea.
LA ANTIGÜEDAD DEL POBLAMIENTO AMERICANO:
Los primeros grupos humanos ingresaron en América hace 26.000 años. La conclusión de arqueólogos y genetistas es que hace 18.000 años América se encontraba habitada por por seres humanos en toda su extensión, desde Alaska hasta el Sur de Chile y Argentina. En contraste con el continente europeo que se encontraba bajo hielo y deshabitado en buena parte de su extensión. El termino “NUEVO MUNDO” para designar el continente americano es inadecuado y errado.
LA CIVILIZACIÓN CARAL EN PERÚ:
Está civilización tiene una antigüedad de 5.500 años, su notable desarrollo cultural, como parte de los pueblos americanos, floreció varios milenios antes de que la cultura greco-romana. No solo primeras en la construcción de pirámides, sino que sus grandes asentamientos humanos, encabezado por la ciudad de CARAL, constituían los primeros complejos urbanos de la humanidad después de Sumeria. En una época en que los griegos apenas superaban el neolítico. Los antiguos peruanos desarrollaron una gran civilización con instituciones estatales, centros urbanos, agricultura, sistema de riego y redes de comercio, casi treinta (30) siglos antes que los griegos.
AMÉRICA EN EL ORIGEN DE LAS PRIMERAS CIVILIZACIONES HUMANAS:
Ha pasado a ocupar los primeros lugares en el orden del nacimiento de las grandes civilizaciones humanas (dataciones con carbono 14). La valorización de la cultura indígena anterior a Colón despreciada históricamente por la civilización occidental, para justificar el sometimiento y la explotación.
El libro relata las investigaciones (2018) de la civilización Maya con la tecnología LIDAR, han identificado ruinas de más de 60.000 casas, palacios, supercarreteras, y otros asentamientos humanos ocultos por siglos por la selva del norte de Guatemala.
Revela que el número real de la población indígena ante de la llegada del europeo pasaba de 100 millones de personas, más poblado que Europa. La meseta central de México habitaba 25 millones de personas, mientras que España y Portugal juntos no llegaban a 10 millones.
El libro refiere a las múltiples familias lingüísticas, a los grandes imperios y ciudades, siendo el Inca el imperio más vasto de la tierra. Mas extenso que China de la dinastía Mig y mayor que Rusia de Iván El Grande.
La rica civilización CARAL en Perú, una de las primeras grandes civilizaciones de la humanidad. Ciudad sagrada, centro político y ceremonial. Fuente primigenia de la civilización humana, a la par que el del valle de los ríos Tigris y Eufrates en el actual Irak, cuna de la civilización Sumeria y del sistema político más antiguo que se conozca.
Es una maravilla conocer las técnicas hidráulicas, las distintas especies de algodón de colores, las construcciones antisísmicas, sometida a estudio por los japoneses copiando su sistema y otros temas sobre la amazonía y la domesticación de las plantas y creación humana de selvas y bosque encontrarán en este libro, redactado bajo el más riguroso sentido científico y cuyo resultado se convierte en texto escrito.
LA SELVA ANTROPOGÉNICA DE LOS INDÍGENAS AMAZÓNICOS
“Selva antropogénica es una selva o bosque creado por los indígenas, con una tecnología desarrollada propia y aún hoy día desconocida. “practicaron la agricultura durante siglos. Pero en vez de destruir el terreno, lo mejoraron. Algo que hoy día no se conoce en las tierras del trópico. Durante mucho tiempo unos pobladores inteligentes, que conocían trucos que aún hoy nosotros estamos por aprender, utilizaron grandes parcelas de la Amazonía sin destruirla. Ante un problema ecológico, los indios lo resolvían. En vez de adaptarse a la naturaleza, la creaban. Estaban en pleno proceso de formación de la tierra cuando apareció Colón y lo echó todo a perder” (Charles Mann).
Durante décadas la ciencia difundió una imagen de territorio “virgen” escasamente poblado por pequeños grupos indígenas que produjeron muy poco impacto en el paisaje natural.
Las investigaciones de las últimas décadas han puesto todo patas arriba sobre lo que se había escrito sobre las civilizaciones amazónicas. Afirmaban que los centros poblados indígenas no superaban los mil habitantes, ocurre que se han descubiertos centros urbanos de cien mil personas en la isla de Marajó en la desembocadura del Amazonas y grupos de poblados interconectados de hasta cien mil habitantes, en la unión del río negro con el Amazonas.
La clave para la alimentación de esas grandes poblaciones FUE LA DOMESTICACIÓN DE DECENAS DE PLANTAS Y EL DESARROLLO DE ‘BOSQUES ANTROPOGÉNICOS’ con práctica de agricultura intensiva durante más de un milenio. Así que no fue un territorio escasamente poblado como tampoco poseían un sistema de cultivo precario. Esto por la existencia de la “TERRA PRESTA”, suelos muy fértiles que ocuparía hasta el tres por ciento del territorio amazónico (150.000 kmt2), cuyo origen está en las propias poblaciones indígena precoloniales. Una civilización de hasta 10 millones de habitantes, comienza a revelarse a la humanidad del siglo XXI. Que domesticaron una gran cantidad de plantas que representa una sofisticada biotecnología agrícola con incursión en la arboricultura para proveer alimentos a poblaciones muy numerosas. Evidencia ser la sociedad amazónica altamente desarrollada que desapareció en el siglo XVI y había quedado en el olvido hasta fines del siglo XX y comienzo del XXI. Los nativos modificaron su paisaje preservando el ambiente.
Las poblaciones precoloniales habitantes de la cuenca amazónica no eran pequeñas tribus, practicantes de la tala y la quema, la caza, la pesca y la recolección, así tenemos que MARAJÓ es un logro cultural de gran dimensiones. Hace unos 5.000 años los aldeanos amazónicos se dedicaron a la horticultura forestal y crearon las bases para las primeras sociedades complejas. Hace 2.500 años introdujeron cambios significativos en el paisaje mediante la construcción de montículos. En el 2003 se encontraron restos en 19 grandes aldea unidas por una red de caminos que podían albergar hasta 400.000 habitantes (zona más densamente poblada del mundo para la época). La amazonía no era un territorio virgen para la llegada de la invasión europea. Hay evidencia de la construcción de suelos fértiles y bosques creados por los humanos. Domesticaron los árboles y se tiene la Nuez de Brasil, el Moriche y el Arcay que compiten en productividad con la agricultura industrial. Bosques creados que pueden producir durante cientos de años, dando frutos secos para la subsistencia, para mercados locales y globales, madera para combustible y construcción, materiales para herramientas, telas y recipientes, y cubierta vegetal necesario para mejorar la temperatura y la humedad extrema del clima tropical. Esos bosques son un amortiguador importante contra la excesiva sequía de la amazonia.
Al menos 83 especies de plantas nativas fueron domesticadas: yuca, batata, tabaco, cacao, piña, ajíes, numerosos árboles frutales y palmas. El proceso de domesticación se inició hace 6.000 años y el desarrollo de los sistemas agrícolas hace 4.000 años. La agricultura fue intensiva, junto a cultivos de raices y semillas, estanques y presas de peces que alimentaron a una población entre 8 y 10 millones de personas para el momento de llegada del europeo a América. Descubierto cortes artificiales en los meandros de ríos, montículos, plazas, zanjas, muros y caminos descubiertos en estas últimas décadas.
Fue amplio y sofisticado el sistema agrícola desarrollado por los indígenas durante siglos en la cuenca amazónica. Una vez que colapso apareció el conuco, práctica reciente y limitado derivado de la emergencia y de la necesidad de subsistencia.
LA TERRA PRETA es un verdadero legado de los pueblos amazónicos a la humanidad. La construcción de junglas antropogénica capaces de alimentar a centenares de miles de personas y que se perpetúan en el tiempo.
La Amazonía es un paisaje cultural y centro de domesticación de diversas plantas y animales, en cuya transformación intervinieron numerosos pueblos (Arawak, Tupi-Guarani, Caribe, Pano, Tukano y Tipití).
La TERRA PRETA es de una gran productividad, incluso se extrae ilegalmente para ser vendida como mezcla para macetas en Brasil y Bolivia, para producir cultivos comerciales (papaya, mango) que crecen alrededor de tres veces más rápidamente que en los suelos infértiles de sus alrededores.
En Manos, los primeros habitantes del amazonas no destrozaron la jungla como método para cultivar, sino la reemplazaron por una que se adaptara a la utilización por parte de los seres humanos. Al modificar los bosques, también modificaron los seres vivos que lo habitaban. Son un producto humano.
Uno de los árboles amazónicos es el PEJIBAYE, cuyo rendimiento por hectáreas es mucho más productivo que el arroz, el frijol o el maiz. Este árbol no solo suministra frutas, ricas en betacaroteno, vitamina C y proteínas, sino que al secarse permite hacer harina para tortillas, al cocinarse y fermentarse permite hacer cerveza y su madera muy dura es utilizada. El PEJIBAYE es producto de la hibridación (cruce de árboles de especies diferentes para obtener una planta nueva con características de ambas) utilizando palmeras de distintas zonas cercanas, hace miles de años. A diferencia del maíz o la yuca, el PEJIBAYE no necesita cuidados por parte de los humanos. Cuando los Yanomamis y otras tribus amazónicas abandonaron sus poblados en la cuenca del rio huyendo de los europeos, lograron subsistir alimentándose de los huertos, de la selva antropogénica de sus antecesores.
Significa que sociedades muy pobladas y de alta complejidad no tienen por qué destruir los bosques y la diversidad de especies, pues estaría en capacidad de construir sus propios bosques igualmente diversos.
UNA REALIDAD DE NUESTROS PASADOS QUE PARECIERA RESPONDER A UNA SOCIEDAD DEL FUTURO”.
(1)Historia Descolonizada de América, ediciones Trinchera, octubre 2023. escrito por tres investigadores: Roberto López Sánchez, karla Piñango Crespo y Ramona Suárez Piña.
Recomiendo su lectura como obligatoria para el historiador insurgente y la ciudadanía en general.